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El niño interior ¿Qué representa?

Apuntes

Padres con niño

Huella de la infancia

Se sabe que el trauma o herida de infancia resulta de experiencias tempranas de dependencia entre el niño y su cuidador que, al ser separado reacciona de manera sucesiva; protesta, desesperación y repliegue sobre sí mismo.

El cuidador tiene un carácter de protector - proveedor de asistencia vital que sitúa al niño en una condición de indefensión y de desamparo, necesita del calor y alimento para sobrevivir debido a que el humano nace inmaduro a diferencia de los demás mamíferos. De tal suerte que establece un vinculo de apremio con ese ser grandioso, con ese otro que da lo que tiene, que procura el todo.

En ese proceso de frágil maduración en donde la fantasía e ilusión magnifican la percepción del infante, es así que se funda el rechazo y abandono que deja esa huella que habrá de ahondar con algún evento posterior ya en la pubertad, ya en la adolescencia para expresarse a modo de "mi mismo  infantiloide" que aflora a la menor frustración... Ilusión no concedida, capricho negado o realidad testaruda.

Tal actitud se exacerba cuando el cuidador de la infancia no fue precisamente protector sino predador, de tal suerte que la herida no fue superficial pudiendo ser una fractura que quedó paradójicamente expuesta en el inconsciente del adulto, que supura, que exuda dolor.

Es así que el adulto literalmente vive la protesta, desesperación y repliegue sobre sí como el drama cotidiano del cual es incapaz de escapar y que infecta al prójimo, que infiltra sus relaciones de mayor afecto y que torna su desempeño errático tal cual como si se tratase de un niño al mando de la nave del desarrollo.


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Suturando las heridas

El análisis profundo a través de la interpretación de los sueños y del discurso del paciente en cada sesión abre el camino regio al inconsciente,  permitiendo al terapeuta unir los puntos  y reunir los indicios que conducen al origen del trauma. Así, clarificando y comprendiendo es que se logra cerrar la herida, revertir la huella y dejar que naturalmente cierre y sane la herida. Progresando, creciendo,  recuperando y luciendo esas medallas, condecoraciones de  batallas  libradas en tiempos remotos haciéndonos auténticos veteranos del mundo. 
Adultos plenos, padres de sí mismo, personas responsables del gran proyecto que es vivir en plenitud.

Hombre joven en terapia

Herramientas para la recuperación

Esta es la sección de testimonios y reflexiones

Sueños y heridas de la infancia: Recursos

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